Mi vida es escribir

Escribo todo el tiempo, mientras lavo platos, mientras veo a Bruno, mientras río y lloro o me enojo. Escribo cuando hago el amor y cuando tengo un orgasmo. Escribo a toda hora, mi vida es escribir. Escribo mentalmente y tengo urgencia por plasmarlo, mis dedos se alborotan por dejar mi huella aquí o en cualquier lado donde escriba, es como si quisiera dejar mi pedacito de amor, de pasión y lujuria plasmada en esta tierra que seguirá funcionando aún sin tí, aún sin mí.

Escribo cuando bailo y me emociono hasta con el movimiento de una mosca atrapada en mi ventana la cual desea ser ayudada para no morir. Escribo cuando amo y cuando me cuestiono tantas cosas, escribo cuando viajo, cuando sueño y como cereales hasta que se termine la leche, cuando estoy sola y acompañada. Yo escribo todo el tiempo, incluso escribo cuando te hago el amor, cuando veo tus senos y me pregunto ¿porqué me gustan tanto?. Escribo cuando duermo, pues mientras lo hago tengo sueños de otras vidas y de otros futuros, tengo sueños reveladores y tengo sueños que entretienen. Escribo a toda hora. Mientras todos duermen yo escribo y cuando todos viven yo escribo. Cuando yo vivo sigo escribiendo y cuando todos mueren yo escribo. Quiero escribir en tu cuerpo y hacer poesía en tus ojos, quiero montarme en tu alma en tus buenos sentimientos y quiero morderte la boca, quiero morderte el cerebro. Quiero que escribas conmigo y que juntas podamos brillar.

Noche de lujuria

Cuando hay paz vuelves a ti, a tu centro, no existen subidas ni bajadas. Se alejan todas las adicciones y floreces tanto que tus sentidos se vuelven mucho más agudos. Así me siento yo, como en esta fotografia. Totalmente desnuda y la vida se siente más liviana, más simple, tremendamente sexy y aburrida, monótona, pero a su vez tan irresistible, a tal punto que puedo sentir tus grandes pechos y ver tu adorable trasero, tus caderas sensuales y tus labios acaramelados. Puedo desear tu piel de porcelana y estar en una sola línea. Esto me encanta. A veces deseo ir a vivir a las montañas y llevarte conmigo, toda tú. Toda hembra, estar lejos de lo mundano, ha hecho que pueda reconectar con el animal que llevo dentro, ese animal es mi ser en estado puro. Desenfadada, fresca, pero a la vez tan llena de lujuria. Sin embargo, he de cuidar mis pensamientos, mis ganas, mi todo. Pues no deseo tener que luchar entre el bien y el mal. Eres arte y no te deseo estropear. Tu irresistible silueta me hace pensar, que no hay belleza exacta y sólo es para los ojos que la quieren mirar.

Hacerte el amor

Quiero aprender a tocarte, no con mis manos, ni siquiera con mi respiración, mucho menos con mi susurro. Ya lo sé hacer de memoria y ya no encuentro el gusto de hacerte así el amor. He de confesar que me gustas tanto y que está más que claro que deseo pintar en tu lienzo con mis dedos de colores y navegar en tus aguas y acampar en tus montañas y anidarme en tu entrañas y poseerte con mis sombras..

Todo eso llegará. Como cuando llega la casa, la paz, el éxito, la incertidumbre, la agonía, la enfermedad, el amanecer, el eclipse, la luna llena, el atardecer. Llegará, puedes estar segura que llegará. Llegará como el hijo deseado de los padres y llegará como el abrazo que te calienta y que te devuelve a casa, llegará como el perdón y el olvido. Te aseguro que llegará.

Entonces, hazme un favor. Mientras llega, déjame hacerte el amor con mi mirada, déjame abrazarte de tal manera que te sientas salvada. No creas que debes salvarte sola, eso es falso niña y mientras hablo no me mires y no desees mi boca, ya que sólo debe ser usada para hablarte suave y con amor, con respeto y así es como yo deseo hacerte el amor. No mires mis manos pues pudiera apretarte esas nalgas y aprisionarte a mi cintura o podría alzarte con mis manos y rodearte con mis brazos y no, ahora más que nunca deseo usarlos para construirte y jamás derrumbarte. Entonces mi niña, no pierdas el tiempo. Podrás pasar horas mirando cada parte de mi cuerpo y deseando que te coja sin ninguna pena, pero es en vano mi niña, pues cada átomo de mi cuerpo tiene un sólo propósito, que es hacerte el amor sin tocarte el sexo, sin tocarte las lágrimas y sólo tocarte tu bella alma.

Shalom

Y vas por la vida reconociendo a cierta gente y de repente captas el alma. No es fácil percibirlo, pues con el ruido del mundo debes taparte los sentidos para sentir el galope de esa válvula y si tú corazón se agita o si tú corazón se enfría, si este se arruga, o si de repente florece y siente paz o siente miedo. Allí, es precisamente allí,

cuando sabrás qué hacer. No es la mirada, pues hasta esta miente cuando ya se sabe aprendida. Son pocos los que entienden el idioma y son muchos los que se pierden fácilmente intentando entenderlo. Nos reconocemos enseguida unos cuantos, mis cuantos, mis flores, mis cactus con flores.

Quiero estar contigo siempre. En todas las vidas y si estas existieron, quiero pensar que finalmente estuve también contigo.

Perderme con la luna, el helado, las flores, el café, el vino, el mar, la tierra, la risa. Mis animales y los tuyos también. No importa de cuantas patas sean. Eso qué importa?. Mientras estemos en casa, nuestra casa. Pero lo importante es que te gusten como a mí los animales. Porque ya sabes de sobra que si a alguien he de querer, deben gustarles los animales. Ya te dije que no importa de cuantas patas sean. Humanos o peludos. Pero si los amas, los amaré también.

Lo cierto es que, la vida misma. Llorar, sentir, sentirte. Amarte. Sostenerte. Defenderte. Reconocerte y no soltarte. Reconocerte, reconocernos, reconocerme con todos mis demonios y a esos cuantos humanos. RECONOCERME, RECONOCIÉNDONOS.

Carta a Bruno

Supe lo que era el amor cuando me elegiste para curarme y domesticarme. Supe lo que era el respeto y la libertad cuando me conformaba con admirarte desde lejos y permitirte acercarte cuando tú así lo deseabas. Nunca pensé amar a un ser tan independiente como tú. Llegaste a mi vida para emprender juntos el camino de la sanación y el poder interior. Llegaste cuando tenías que llegar. No te rescaté, tú me rescataste a mí. Desde aquel día, cuento las horas para verte y te cuido como la joya más preciada. Eres fuerte y decidido. Arriesgado y leal. Hasta ahora pensaba que sólo los perros lo eran, pero descubrí en ti la lealtad cuando tus maullidos me perseguían por cuadras enteras cada mañana y cuando al girar la llave del portón te escuchaba desesperado reclamando mi presencia. No te rescaté, me rescataste, enseñándome el valor del desapego y a amar sin tocar, sin asfixiar. Ganarme tus besos son la gloria para mí, haría lo que fuera por mantenerte siempre a salvo, pero si algún día decides marcharte comprenderé que la lección ya fue aprendida y que me dejas aventuras inolvidables que la ausencia no pueden borrar. Mi compañero de mudanzas, de noches sin dormir, de lágrimas y risas. De bailes y de amor. Tu pelo blanco es igual a tu alma y tus bigotes a tu templanza. Mientras me sea posible te cuidare y protegeré y el día que no me sea posible, yo haré lo imposible por salvarte. No hay calculo alguno que pueda cuantificar lo mucho que te amo y te honro y te admiro. Pues acompañar a este ser que te ama es tu misión más significativa de todas tus vidas encarnadas. Gracias por soportarme en silencio y levantarme cuando caigo, pues sólo con tocarte mi ser se inunda de amor y agradecimiento y la vida cobra sentido por la maravillosa magia de tu existencia en mi vida. Para uno de mis maestros amorosos, tu mi Bruno.

Lo que me llevo

Me llevo el aroma de mi abuela de cada cana acebada.

Me llevo también cada olor absorbido de cada alma que en mi se ha impregnado. Me llevo la bondad de mi clan secreto y las risas amplias de cada ser que yo he amado. Me llevo el café de cada mañana que con prisa he preparado. A veces frío, otros con hielo y otros con crema y nata montada. Otros con whisky y otros con leche, como la leche de los senos que con mi boca he rescatado. No pido entendimiento para estas letras desafinadas. Sólo escribo lo que quiero en esta noche desenfrenada. Para cada alma que en mi encontró su abrigo y para aquellos ojos que me han hechizado. El olor de cada lluvia y de tierra mojada. Las manos suaves que tocaron estas manos afiebradas. El alma buena de mi niña que en cada grito me ha rescatado, me la llevo conmigo para salvarla cuando a ella le haga falta y por tu aroma que respiro en cada rincón de mis átomos deformados de tanto aspirarte aún cuando ya no hueles a nada. Me llevo felicidad por mis ángeles de cuatro patas, quienes me salvaron siete vidas cuando ya no poseia yo nada. Me llevo el drama de mi madre que está ya cansada y cada grito en el silencio de mis ojos que la aman y que la miran con recelo porque a veces no siento nada. No quiero llevarme bienes ni el colchón que me aguanta, sólo quiero llevarme las flores que ella me regalaba y en cada suspiro que les dedico a todos los que he amado y ella la niña buena que me ha mirado enamorada.

La casita del silencio

Creado hace casi un mes, guardé silencio y no lo publiqué. Llegó el momento, muchas gracias por leer

Allá en el bosque hay una casita que se llama silencio, es una casa rústica al pié de un hermoso riachuelo. Se parece a mí casa la casa del silencio.

Llévame lejos a esa casita amor mío. Lejos del ruido que emite el rebaño de esta ciudad, lejos de las bocinas, lejos de los mortales que se gritan para hacerse escuchar. Se gritan también por el teléfono y por WhatsApp.

Llévame lejos amada mía a ese lugar, dónde existe el silencio y la brisa te inunda de paz. Allá no existen los gritos de la ciudad, esa que está contaminada con por tanta necesidad.

A lo lejos se escucha a los Beatles y siento felicidad, de repente viene otro ruido y ya se dejó de escuchar. Llantos, motores, publicidad, consumismo y falsa felicidad.

Esto es una jauría y ya no soporto más!!.

Allá en el río mis pies mojaré, oleré las flores y pensaré o talvez me duerma de una sola vez. Cuando amanezca escucharé a los pájaros cantar y consumiré aire puro como única publicidad. El ruido del agüita entre las piedras será lo que me calmará y abrazaré a los árboles para así poder al fin respirar.

Masturbar el alma

Yo masturbo mí alma siempre que puedo, cuando me entran ganas simplemente me encierro en mi yo más profundo y le saco el jugo a esto. A esto que le llaman alma.

Suelo acariciarla lentamente y le quiero profundo suavemente. Le susurro al oído que es mí niña bonita y le canto canciones para que se duerma. Masturbo mí alma para que no muera y la adoro en silencio para que florezca. No permito que la toquen porque sólo yo debo y cuando puedo le bailo para que no muera de celos.

Masturbo mí alma a solas y en silencio para que nadie lo sepa y gozarla en secreto. Le regalo flores siempre que puedo y le recito canciones de tonos ligeros.

Mí alma bonita mí alma engreída, cuántas grietas arrastras de tantas vidas vividas? Descansa en mí cuerpo un rato alma de mí alma mía y no te averguences de ser mí engreída.

La Paloma y el palomo

Esta foto la tomé en una tarde gris desde mí ventana. Mientras estaba acostada pude ser testigo de lo que significa el amor en su estado más puro y real.

A veces me pregunto, por qué tenemos tanto miedo?

Miedo de ser, miedo de estar, miedo de hablar, miedo de pensar, miedo de expresar, miedo de cometer erores, de ser un completo desastre, miedo de perdír perdón, miedo a perder, miedo a sonreír cuando todos esperan que llores. Miedo a llorar cuando todos esperan que rías!

Tienes miedo a desnudarte, a verte, aceptarte. Miedo a ser tú, miedo a aceptar tu verdadera belleza que yace en el estado puro del amor y la malicia. No eres un puto santo, ni eres una puta mierda. Eres una divina perfección rellena de puro error. Siempre tenemos miedo. El miedo no es necesario cuando actuamos por conciencia. La conciencia nace cuando miramos un atardecer mientras estamos trabajando en un escritorio o conduciendo o caminando o viajando en un bus o quién sabe cuántas cosas más! Nace cuando te detienes y observas a dos pájaros acurrucarse mutuamente allá en lo alto y mientras piensas que acá abajo todo es un desastre, ellos se pueden dar amor en la sencillez de la vida.

No tengas miedo a ser una mejor persona ni a pedir el café más caliente, mucho menos a pedir que te vuelvan a calentar la sopa en el restaurante. No tengas miedo a mostrar el dedo a un morboso ni a bajarle la mirada a esos vulgares que te quieren ascechar con la mirada. No tengas miedo a reconocer el miedo. No tengas miedo a hacer lo correcto, no tengas miedo a pelear con tu madre, con tus hijos, amigos, con la gente que amas. Ellos son tus espejos y por dentro te mueve una fuerza interior que te empuja a crecer junto con ellos.

Pero esto último te pido. Nunca tengas miedo de irte de algo o de alguien. Y si sientes miedo, no tengas miedo por sentirlo. Insistir es parte de la naturaleza. Persistir es una opción.